19 de marzo de 2011

Esos ojos verdes.. (I)

Ariel armaba su mochila. Ponía frazadas, ropa, medias, todo lo necesario para aquella aventura que estaba por comenzar. Se iba a conocer a un pariente lejano, ni ella sabía de quien se trataba. Eso era lo que menos le importaba. Estaba feliz porque iba a cambiar de aires, a conocer nuevas personas, a tener una mascota por fin! (porque, en su casa, no estaban permitidas) Pero ya que ese tal "Mariano" primo lejano de su mamá, vivía en el campo, todo se le haría más fácil, decía. Puso un sobre de dormir, su perfume, y una pulsera aparte, ni ella supo por qué juntó esos artilugios si no tienen mucho que ver entre sí. No le faltaba mucho para descubrirlo, de todas formas.
No sabía realmente lo que le esperaba, y no quería saberlo, prefería sorprenderse. Aprontaba todo con rapidez, para poder acostarse temprano y empezar el día con todas sus energías. Mañana empezaría, SU aventura.

...

Dominique era una chica de campo, pero no cualquiera. Le encantaba explorar, cazar mariposas, juntar flores para su mamá y, especialmente, adentrarse en el monte que tenía más cercano que nada: en el fondo de la chacra. Ella vivía con Mariano, su tío, y Helen, su mamá. Pasaban unas largas y espléndidas vacaciones de invierno en una chacra que tenía Mariano, 'en el medio del campo'.
Se hizo la noche de ese día lluvioso, cenaron todos juntos, hicieron algunos quehaceres y se fueron a dormir. No todos, claro. Dominique era la que se dormía por último, y más cuando estaba ansiosa. Su mamá le dijo que tendrían visitas esta vez; pensaba en quién vendría a la chacra, a quién conocería, si se haría un nueva amistad o algo así. Afuera, la tormenta empeoró y ella se olvidó de pensar. Amaba las tormentas. Se durmió mirando el agua correr por su ventana.

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