27 de marzo de 2011

Esos ojos verdes.. (V)

Aunque no era la intención, terminaron durmiéndose. Al fin y al cabo estaban muy cansadas.
Amaneció otra vez, Dominique y Ariel se levantaron, fueron a desayunar, y cada una encontró un quehacer para evitar a la otra. Así pasaron un par de días. No se miraban siquiera, aunque, como ya se sabe, no dejaban de pensar en lo que pasó aquella tarde. Tenían muy presentes cada sensación, cada sonido, cada imagen.
Se acercaba el fin de semana, Ariel debía irse en poco tiempo.
Dominique no sabía que hacer. No quería hablar, pero tampoco quería dejar así las cosas. Así fue que al fin se dejó llevar por el impulso y escribió una nota, la dejó bajo la almohada de la cama de Ariel y se fue, sabía que por las tardes ella dormía un rato.
Ariel notó algo raro. Levantó la almohada y ahí estaba, un papel blanco doblado a la mitad. Lo sacó, y leyó el mensaje. Enseguida se levantó, agarró una campera y salió de la casa. Un poco desconcertada, pero feliz, caminaba cada vez más rápido. Buscó entre árboles y hojas secas, siguiendo el camino que habían dejado. Allí estaba Dominique, sentada en su hamaca, balanceándose lentamente. Se acercó, puso su campera en el suelo y se acostó. Dominique escuchó el ruido, miró hacia atrás y la vio. Se levanto de la hamaca, y se recostó a su lado, poniendo la cabeza en el pecho de Ariel. Comenzaron a acariciarse lentamente. Esta vez Dominique levantó la cabeza y besó a Ariel. Comenzó de nuevo aquel enredo de piel, de caricias, y ahora de besos también. Se amaron en silencio, un silencio que apenas era interrumpido por el canto de algún pájaro, o la brisa cantando entre las ramas de los árboles. La noche las envolvió más rápido que la otra vez, el tiempo pasó distinto. Ariel se acercó al oído de Dominique y susurró "Debemos irnos, hermosa." Dominique la miró, cerró los ojos, pasó la mano por su cuello y besó sus labios una vez más.
Se levantaron y acomodaron su ropa. Ariel miró los ojos de Dominique, esos que ahora eran sus ojos verdes. Se tomaron de la mano y caminaron juntas de vuelta a la casa.

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