21 de marzo de 2011

Esos ojos verdes.. (II)

Apareció el sol.
Ariel abrió sus ojos, vio el cielo celeste desde la ventana del cuarto y saltó de la cama como nunca antes lo había hecho. Hoy iba a conocer un lugar nuevo, eso la hacia sentirse enérgica y ansiosa.
La camioneta se llenó con todo el equipaje de la familia, mientras Ariel se hizo un lugarcito al lado de la ventana, le gustaba sacar fotos. Estaban todos prontos, la camioneta arrancó. Salieron de su cuidad, de su departamento, de su cajita gris. Enseguida que apareció un paisaje lindo, Ariel ya le sacaba una foto. Tenía una cualidad indescriptible: sacar fotos perfectas en movimiento. Así se entretuvo todo el viaje, fotografiando aves, montes, cerros, calles, hasta que llegaron a la chacra. Después de un largo camino, estaba la casa.
Se frenó la camioneta, y todos bajaron a saludar; para después acomodarse y bajar las cosas. A Ariel se le hizo todo más difícil, ya que estaba entre el equipaje. Cuando al fin pudo bajar, sólo una persona esperaba afuera: Dominique.
Al alzar la cabeza y ver a Dominique, quedó en un estado como de hipnotismo. Vio más que dos pupilas verdes y hermosas; vio un sentimiento, un espíritu, vio a Dominique por dentro, la recorrió en cada rincón de su ser. Aunque la haya visto sólo por unos segundos, lo sintió así. Enseguida se fue corriendo, entró a la casa y la dejó sola. Dominique no entendía porque Ariel la miró de esa manera, sintió un escalofrío cuando cruzaron las miradas. Se quedó unos instantes en blanco, y entró a la casa también.
Adentro estaba el resto de la familia en la mesa, conversando; Dominique se unió a la conversación y se dio cuenta que Ariel no estaba ahí. Así que charló un poco con los nuevos "familiares", pidió permiso y se fue a recorrer la casa. Buscó en la cocina, en los cuartos, en el baño y no encontró a Ariel en ninguna parte. Recordó que ella misma iba al fondo de la casa cuando no sabia a donde ir, y fue hasta ahí. Encontró a Ariel en el pasto, mirando al bosque que estaba en todo su esplendor: hojas, flores, ramas, todo lo que veía tenia una armonía especial esa tarde.

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